
El deporte necesita patrocinadores para mantenerse y las marcas de las empresas se benefician de la publicidad que le da el deporte. Se trata de la simbiosis perfecta. Las actividades deportivas unen y conectan a la gente, proyectan los valores del esfuerzo individual y de los equipos, además de la igualdad y la camaradería.
Así que las empresas saben que la mejor forma de proyectarse en el público es a través del deporte y, por ello, se han convertido en promotores de esta actividad: representa valores que se compaginan con los de las organizaciones.
El fenómeno de los equipos y deportistas asociados con marcas comerciales e institucionales se manifestó en todo su esplendor desde el siglo XX, abarcando cada vez más espacios en el gran público que asocia con el deporte los valores positivos tanto individuales colectivos.
En este contexto, los deportistas y los equipos se han convertido en auténticos anuncios publicitarios ambulantes y embajadores de las marcas que los promocionan.
El profesionalismo, destreza e imagen exitosa de los deportistas y equipos permiten proyectar la marca en cualquier disciplina deportiva -béisbol, baloncesto, golf, gimnasia, automovilismo, fútbol, etc- debido a que el deporte tiene un lenguaje universal.
El patrocinio deportivo empresarial se ha convertido en un mecanismo de transformación efectiva de las marcas locales en marcas globales haciendo esas marcas mucho más relevantes para las personas al permitir que las empresas detrás de las marcas se tornen en negocios sólidos desde el punto de vista financiero a la vez de poder expandir sus operaciones a nuevos mercados.
Referencias
https://hablemosdeempresas.com/empresa/patrocinio-deportivo/
https://alnavio.es/el-patrocinio-deportivo-convierte-las-marcas-locales-en-marcas-globales/