
David Somoza Mosquera
La fuga de cerebros es una de las cosas que las compañías siempre deben enfrentar. Cuántas no han sido testigo de jóvenes que, una vez culminado el ciclo de estudios universitarios, llegan con muchas ganas a los lugares de trabajo, comienzan a ejercer sus funciones con pasión, pero en el camino pueden producirse situaciones que mermen ese ímpetu y comience el éxodo de personal.