Los alimentos procesados, si bien han estado en la mira de nutricionistas, médicos y consumidores en general en los últimos años, pueden ser también en una alimentación balanceada.
Cada vez más los productores de cerdo se utilizados esfuerzan por presentar un producto con la menor cantidad de aditivos y conservantes y con más proteína, lo cual se traduce en que consumiendo los embutidos de la forma adecuada, pueden ser unos aliados en la dieta, porque, entre otras cosas, son productos muy prácticos.
De hecho, la marca de embutidos Punta de Monte de la empresa Alimentación Balanceada Alibal Purolomo lanzó al mercado un nuevo tamaño de su mortadela de pollo. Este producto mantiene la materia prima fresca proveniente del campo de sus propias granjas, en el cual se cuida cada etapa de las líneas de producción hasta que llega a la mesa de todos los consumidores.
Hay dos tipos de embutidos: los crudos, los cuales son elaborados con carnes y grasa cruda sometidos a ahumado y maduración; los escaldados, que son aquellos cuya pasta es incorporada cruda y se le aplica tratamiento térmico y ahumado luego de ser embutidos y los cocidos, cuando toda la pasta, o una buena parte de ella, se cocina antes de incorporarla a la masa.
En cualquiera de los casos, tienen tres componentes básicos: 70% de tejidos magros (que es donde se encuentra la proteína), agua y grasas. La proteína actúa como un pegamento entre los ingredientes de cada pieza. Si no se extrae, no puede realizar esta función.
Los embutidos deben ser servidos según su clasificación, por cuanto hay unos (jamones, salami, mortadelas) que pueden consumirse crudos, pero otros como las salchichas, chorizo o morcillas deben, preferiblemente, cocinarse antes de comerlos.
Consumidos en porciones adecuadas, como cualquier otro alimento, los embutidos lejos de ser perjudiciales son aliados de una alimentación balanceada.
Referencias
https://www.ecured.cu/Embutido
https://actualidadporcina.com/noticias/embutidos-cinco-mitos-de-su-consumo.html